Entre ferias del libro, talleres para adultos y encuentros de cuenteria, iniciamos en noviembre el taller literario para niños y niñas de preescolar y primaria en la escuela “Arte, Cultura y Espíritu”.
El taller me ha hecho regresar a mis orígenes como cuentera en la Escuela Activa Paidós (México DF) pues en ese espacio fue que “enfrente” a mi primer público, los chicos a los que les daba taller literario.
Ahora tengo más tablas, el escenario me ha curtido, abordo distinto los textos, ya no me da angustia si un texto les gusta a unos y a otros no, sigo intentándolo hasta presentarles a todos y cada uno los temas y textos que a mí me apasionan, y los que me apasionan menos y los que nada me apasionan, para que cada quien vaya encontrando su camino, su texto, su pasión.
En esta nueva experiencia me reconozco “compartidora innata de textos” no promotora de lectura ni animadora de lectura, que son términos que siempre me han, por lo menos, desagradado.
Cada día estoy más cierta que funciono con los chicos porque creo, en lo que hago, en el poder de la literatura, en mi voz, en las capacidades intelectuales de los chicos, en las palabras que inciden, transforman, amplían el mundo nos dicen cosas desconocidas sobre nosotros mismos y los otros, en esas palabras que no se las lleva el viento, en las que hacen nido en quien las escucha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario